Primero, la comunicación. Cuando vamos a diseñar la seguridad de una máquina, debemos contar con los expertos en su utilización. Si la persona que sabe sobre el uso y mantenimiento de la máquina no participa en la adaptación (o no se consigue que diga lo que sabe), el análisis cojea, y el diseño tiene muchas probabilidades de ser erróneo.
Esto siempre tiene como consecuencia primera un coste más elevado de la solución correcta, pero lo peor es que puede derivar en un accidente.
Para conseguirlo no existen recetas milagrosas: debe existir una confianza suficiente entre el experto de la máquina y el especialista en seguridad para que sus conocimientos (tanto de máquina como de seguridad) se transmitan en ambas direcciones: es lo que garantiza la funcionalidad del resultado final.
Todos nuestros trabajos de diseño de seguridad en máquinas se basan en la premisa de formar equipo con todas las personas involucradas con la máquina: desde el operador hasta el personal de mantenimiento, incluyendo todas los que conozcan la máquina desde sus distintos ángulos.
Esto siempre tiene como consecuencia primera un coste más elevado de la solución correcta, pero lo peor es que puede derivar en un accidente.
Para conseguirlo no existen recetas milagrosas: debe existir una confianza suficiente entre el experto de la máquina y el especialista en seguridad para que sus conocimientos (tanto de máquina como de seguridad) se transmitan en ambas direcciones: es lo que garantiza la funcionalidad del resultado final.
Todos nuestros trabajos de diseño de seguridad en máquinas se basan en la premisa de formar equipo con todas las personas involucradas con la máquina: desde el operador hasta el personal de mantenimiento, incluyendo todas los que conozcan la máquina desde sus distintos ángulos.
Segundo, la adaptación de los operarios a los sistemas de seguridad. Tras la adecuación de las máquinas al R.D.1215/1997 (e incluso antes) es común observar por parte de algunas personas un rechazo a las nuevas medidas de seguridad, ya que modifican la relación habitual del hombre con la máquina.
Cuando se trata de una simple modificación de costumbres, la adaptación suele ser rápida y sin problemas. Los problemas vienen cuando la adecuación de la seguridad implica la pérdida de una funcionalidad de la máquina. Es el caso de las operaciones manuales y/o artesanales que se venían realizando con un alto riesgo pero sin historial de accidentes. En estos casos deben tomarse decisiones apoyadas por estudios como nuestros Informes de Adecuación que aportan los argumentos objetivos para determinar las condiciones en las que se pueden realizar estas operaciones de riesgo especialmente alto.
Aunque los factores que contribuyen a la adaptación del personal a las máquinas una vez incorporadas las medidas de seguridad son complejos, por nuestra parte incluimos la facilidad de uso entre las condiciones imprescindibles de diseño de cualquier sistema de seguridad.
Para más información, contacte con nosotros www.safework.es
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